Ver al otro, en su animalidad intrínseca, en su desesperada
levedad biológica, en su pequeñez cósmica, en su suprema ignorancia, cuya única
oportunidad de nobleza es asumirla en forma profunda y permanente.
Ver al otro, sobreviviendo en un revoltijo de atributos,
denominaciones y etiquetas. Atrapado en la cruel belleza del lenguaje, que lo
encarcela en palabras que a menudo se confunden con verdades universales. Ver
el espejo.
Ver un humano. ¿Y qué cosa es un humano? Alguien que se
autodenomina, alguien que se siente especial contrastando sus habilidades con
la humilde inteligencia de las otras especies.
Alguien que podría no saber jamás qué es en realidad. Todas las posibles
respuestas lo llevarían nuevamente a la prisión de su soliloquio, a entrar
nuevamente en la fantasía compartida de que el universo es definible, de que es
un ser social, de que necesita de sus sentimientos, cuando en realidad son
ellos los que parecen precisarlo para
existir.
Son nobles sus intentos por conocer y encontrar un orden,
una respuesta. Su ciencia es noble, su arte a veces también. Cuando se olvida
de si mismo lo encuentro más respetable. Cuando se ve arrastrado por sus
necesidades y placeres lo encuentro comprensible. Cuando tiende a desear que
otros piensen como él lo encuentro patético. Cuando utiliza la violencia lo
encuentro triste, muy triste, pero quizás él no pueda evitarlo. Nació en un
mundo violento, donde todos se nutren de todos, creció en un universo violento,
que nació de una explosión furiosa y donde las estrellas y otros seres aterradores
devoran mundos y galaxias.
Ha comido el fruto del árbol del conocimiento, y su peor
castigo ha sido darse cuenta, descubrirse mortal y falto de respuestas. Su pena
es vagar por el mundo descubriendo el infinito tamaño de lo que ignora y la
levedad de su existencia.
Está atrapado en una burbuja de piedra, aire y agua, en
mitad de un universo adverso. Cuando intenta salir lo atormentan la radiación y
la asfixia. Sus huesos se vuelven blandos y le recuerdan que está diseñado para
circular solamente sobre una roca esférica. Él tiene el defecto de soñar que es
libre, que puede habitar en otros mundos, que puede escaparse.
¿Podrá algún día vivir lejos de la celosa mirada de Tanit y
Ra?
1 comentario:
me pareció estupendo..gracias..
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